En primer lugar, después de mi
parón navideño en el blog (unos 20 y tantos días sin escribir), quiero
felicitaros el año nuevo y desearos que el año que acaba de entrar, sea muy
bueno para vosotros fotográfica y personalmente hablando.
Y una vez dicho esto, paso a relataros
mi nueva entrada.
Pues tal y como dice el título,
haciendo referencia a la mítica canción del maestro Jorge Sepúlveda, mirando al mar soñé…
Y empiezo así, porque no creo
que haya otro marco comparable al mar para invitarte a soñar. O por lo menos,
eso me parece a mí.
Puede ser que sea yo, que soy
muy soñador, pero cuando estoy delante del inmenso mar, mi mente se abre de tal
manera que los pensamientos, sueños y recuerdos corren veloces en mi cabeza.
Y es que como he dicho antes,
creo que el susurro del mar, la tranquilidad que emiten sus aguas y ese olor de
la brisa marina, te invitan a soñar y a traer al presente todos esos recuerdos
que tienes de tu infancia, sobre todo si son recuerdos que viviste frente al
mar.
En mi caso, cada vez que salgo
a fotografiar a una playa o cerca del mar, siempre me llegan los mismos
recuerdos.
Me acuerdo de mi padre, que me
llevaba a pescar con él cuando yo era un crío, y pasábamos largas noches de
verano frente al mar, mirando la punta luminosa de la caña a ver si picaba
algún pez. A veces volvíamos con algún buen trofeo pero otras, solo nos picaban
los mosquitos, jejeje.
He de reconocer, que gracias a
esa afición de pescar que me contagió mi padre (que por cierto tendré que
plantearle de volver a salir alguna noche ya que hace muchos años que no vamos),
tengo que darle las gracias porque creo que fue el detonante de mi pasión por
el cielo nocturno.
Todas esas noches mirando el
cielo estrellado, las luces sobre el mar, la Luna, las estrellas fugaces, etc…
Ahí empecé a interesarme por
los planetas, las constelaciones, los movimientos celestes y demás fenómenos
astronómicos.
Poco a poco, con el paso del
tiempo, esos intereses han ido formando parte de mi vida, de una manera o de
otra, hasta llegar a descubrir mi afición por la fotografía y mezclarse con
ella, culminando en esta pasión que tengo ahora por la fotografía nocturna.
Y digo culminando, pero aun sé
que me quedan muchas cosas por descubrir en este campo.
A lo que iba. El mar.
Es increíble pensar en la
inmensidad que abarca. Tres cuartas partes del planeta Tierra es agua.
Y nosotros seguimos pensando
que somos los seres por excelencia y dominantes del planeta.
¿Cuántas especies diferentes
conocidas habrá en el ecosistema marino? ¿Y si a eso le sumamos las especies
desconocidas aun por descubrir?
Si de una cosa estoy
concienciado, es de que hay que conservar todo lo que esté relacionado con el
mar, ya que si le hacemos daño ahora, en un futuro ese daño se volverá contra
nosotros. Llamarme paranoico pero yo soy de los que cortan en pedacitos los
plásticos redondos que unen los botes de refrescos, para que si esa basura
llega al mar (que desgraciadamente mucha lo hace), no perjudique a peces y aves
marinas dejándolos atrapados hasta que mueren.
Las playas, los arrecifes, los
acantilados, la fauna marina… Todo es un regalo de la naturaleza que debemos
cuidar. Solo así podremos obtener bellas fotografías de todos esos lugares.
Aunque siempre habrá el que se
empeñe en destruirlo con sus basuras y desperdicios, pero no voy a entrar ahora
en ese tema pues no merecen mis palabras.
Las dos fotografías que os voy
a mostrar a continuación, son imágenes de mar.
Imágenes que en cierto modo, a
mí personalmente, me transmiten calma, paz y tranquilidad.
Son esos sitios de los que
hablo, de los que cuando estás en ellos tu mente se abre y se ponen en marcha
los recuerdos. Lugares que te invitan a soñar, que transportan tu mente a esos
rincones del pasado que creías olvidados.
La primera fotografía está
realizada en la famosa y archifotografiada “Cala del Charco”.
Simplemente es una versión más
de ese lugar que tanto me gusta.
La segunda fotografía está
tomada en la cala de Racó Conill, un lugar fantástico y precioso pero nada
recomendable para los fotógrafos solitarios. Todo aquel que conozca el sitio
sabrá por qué lo digo.
Espero que os gusten las dos y
me despido de vosotros hasta la próxima entrada.
Sed cuidadosos con el entorno
que os rodea.
Un abrazo.
(Click en las imágenes para ampliar)
Luna de media tarde